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Desajustes entre Educación y Remuneración

24 Mayo 2011 | Archivado en ATC

Existe un viejo debate sobre la relación entre los salarios de los trabajadores y su cualificación profesional. Datos recientes para España señalan que el desajuste entre ambas variables lejos de mejorar, empeora. La recompensa por estudiar se ha reducido -económicamente- de forma que la sobreeducación afecta al 25% de los ocupados, cuando la media del conjunto de los paises de la OCDE no supera el 12%.

Un estudio sobre cifras de 2007, realizado por Raúl Ramos y Sandra Nieto, profesores de la Universidad de Barcelona y publicado por la fundación de cajas de ahorros aporta datos que avalan que España es uno de los paises de la OCDE donde menos compensa -económicamente- estudiar.

Los autores del informe lo achacan a la "peculiaridad de la estructura educativa española, que se caracteriza por tener una proporción de universitarios superior a la mayoría de países de la OCDE y un mercado laboral que no ha sido capaz de generar puestos de trabajo que requieran de tal nivel educativo".

Los resultados indican que España tiene un porcentaje de sobreeducados e infraeducados del 24% y del 32% respectivamente. Igualmente muestra que los sobreeducados perciben un salario inferior al que obtendrían si estuvieran en una ocupación que requiriese su nivel educativo mientras los infraeducados ganan un salario inferior al de sus compañeros de ocupación pero superior al que obtendrían si estuvieran en una ocupación acorde a la educación recibida.

El Informe revela que los sobreeducados con una cualificación media y alta obtienen un salario medio muy inferior a los trabajadores adecuadamente educados, siendo dicha diferencia de más del 20% para los sobreeducados con formación universitaria.

Pese a ello, estudiar sigue compensando. Los niveles salariales son más altos (aunque inferiores a los que les correspondería) y la tasa de desempleo es sensiblemente menor entre universitarios o estudiantes con el bachillerato.

Los autores del estudio recuerdan que el fenómeno de la sobreeducación puede llegar a generar consecuencias negativas tanto para el propio trabajador sobreeducado, como para el conjunto de la economía. Desde el punto de vista del trabajador es probable -aseguran- que el hecho de estar sobreeducado le haga sentirse frustrado y desanimado, lo que puede provocar mayor absentismo en el trabajo y generar problemas en su salud, tales como poca autoestima o depresión.

Igualmente la sobreeducación puede puede tener consecuencias negativas sobre la economía a través del gasto público en educación. El Gobierno esperaría obtener unos rendimientos sociales superiores a los que consigue con trabajadores sobrecualificados.

El hecho de que España tenga una productividad inferior a los demás países de la UE-15 tiene mucha relación con un sistema productivo compuesto por ocupaciones de baja cualificación profesional aseguran estos profesores y a que no ha sido capaz de generar puestos de trabajo suficientes y acordes a una población con un nivel educativo muy alto.

Esto quiere decir que el tejido empresarial español no ha respondido eficientemente al rápido aumento de universitarios en nuestro país, a través de la creación de puestos de trabajo acordes a un alto nivel educativo.

Como consecuencia de ello, España tiene unos porcentajes de sobreeducación extremadamente elevados.

En los años 60 y 70 del pasado siglo, España tenía niveles educativos muy bajos en comparación a los demás países de la OCDE aunque en la última década experimentó un aumento medio anual de un 8% de universitarios, acompañado de un crecimiento medio anual de población aproximadamente del 3,5%.